Fútbol
06-04-2025 00:55:24
El encuentro arrancó con ambos equipos mostrando una clara vocación ofensiva desde el pitido inicial, decididos a golpear primero en el marcador. Primero fue la Real Sociedad quien mostró sus intenciones de forma clara buscando a Barrenetxea en la banda quien se las vería en un duelo con Viti. Poco tiempo después llegó la ocasión más clamorosa para la UD con un Fábio Silva que recogió solo un balón mal despejado para plantarse frente a Álex Remiro con todo listo para poner el 1-0, sin embargo el luso no fue capaz de ganarle el mano a mano al cancerbero vasco. En el córner que siguió la acción de Silva, el propio ariete amarillo tuvo otra oportunidad de anotar con un remate de cabeza que no vio puerta por poco.
Este comienzo frenético de encuentro llegó a su culmen en el minuto 5 con el primer gol de la mañana, favorable a la Real Sociedad. Tras un disparo desde fuera de Barrenetxea que Horkas despejó dejando el balón en punto muerto, apareció Mikel Oyarzabal para aprovechar el rechace y meter el esférico dentro de la portería para así adelantar a los suyos. Un golpe psicológico para la UD Las Palmas, que había rozado el 1-0 momentos antes con dos ocasiones de Fábio Silva. El gol no hizo más que agravar el dominio de los de Imanol Alguacil, que empezaban a adueñarse por completo del balón y a generar peligro de forma constante.
Sin embargo, pasados unos 20 minutos de encuentro los amarillos se vieron con otra oportunidad manifiesta de gol, esta vez con Oli McBurnie como protagonista. El ex del Sheffield recibió un buen balón de Fábio Silva que le dejaba solo en carrera para encontrarse con la muralla que significaba Álex Remiro. Pero cuando todo apuntaba a que llegaría el tanto del empate, emergió la figura del guardameta txuri-urdin, que leyó a la perfección la jugada, salió con decisión y logró arrebatarle el balón de los pies a McBurnie antes siquiera de que pudiera armar el disparo. Pese al desenlace frustrante, la acción actuó como un pequeño clic en el planteamiento amarillo: desde ese instante, los de Diego Martínez empezaron a asumir más riesgos y a ganar metros con balón, decididos a cambiarle el pulso al partido.
Pese a cierta mejoría de los canariones, la Real seguía haciéndoles daño con muy poco, apoyándose en un Pablo Marín que fue un auténtico quebradero de cabeza para la zaga local. La falta de contundencia defensiva por parte de la UD incrementaba aún más la sensación de peligro cada vez que los txuri-urdines pisaban campo contrario. La recta final de la primera parte trajo de vuelta la intensidad al máximo contando con ambos conjuntos volcados al ataque en el Estadio de Gran Canaria. Por la parte de la ofensiva amarilla, Fábio Silva y Oli McBurnie no cesaban en su empeño: mordían, corrían, buscaban el empate con el cuchillo entre los dientes. Pero entre las imprecisiones y un Álex Remiro imperial, las ocasiones seguían cayendo en saco roto. Ya con el primer acto a punto de cerrarse, Silva dispuso de una buena ocasión tras una gran acción colectiva de los de Diego Martínez, pero su disparo no encontró portería. Poco después, el propio delantero luso tuvo otra oportunidad aún más clara, esta vez con una volea dentro del área que se estrelló en el larguero, sumando así su quinto intento sin premio. Con esta última oportunidad ambos equipos se marcharon a vestuarios con una UD que contaba con ocasiones pero sin acierto y estaba cayendo por 0-1 en el marcador.
La segunda parte arrancó con un ritmo algo menor, un contexto que le podría venir mejor a una Real Sociedad que contaba con el manto del electrónico. Las Palmas generó pocas ocasiones de renombre en los compases iniciales de este período, tan solo un remate de cabeza de Fábio Silva atentó ligeramente la portería de Remiro. En el minuto 55 llegó el segundo tanto de los vascos que sentaría como una losa en la Unión Deportiva. Los blanquiazules firmaron una contra de libro que finalizó con un centro raso de Barrenetxea por la banda para que Sergio Gómez la empujara a placer.
Pese al 0-2 en contra y con poco más de media hora por disputarse, la UD no bajó los brazos. Al contrario, respondió con carácter y acortó distancias casi de inmediato, replicando la jugada que minutos antes les había castigado esta vez con Oli McBurnie anotando su primer gol en la competición doméstica. La jugada nació con un Fábio Silva que tirando de velocidad y control consiguió cederle al escocés un pase de la muerte para que éste rematara y dejara a su equipo a un gol de distancia de los txuri-urdines. Para mantener la frescura en su equipo, Martínez optó por introducir en el césped a Marvin Park en detrimento de Sandro Ramírez.
Cuando parecía que Las Palmas empezaba a tomar impulso en el partido, la Real respondió con contundencia en el área. En primera instancia Pablo Marín estuvo a punto de marcar tras recibir un pase filtrado de Kubo, sin embargo Dinko Horkas consiguió evitar el 1-3 como si de un penalti se tratase con una gran parada. Tras salvarse del tercero, éste no tardaría en llegar, en el minuto 68 Aramburu fue el encargado de cortar en seco cualquier intento de remontada amarilla. El propio goleador ejerció un saque de banda que siguió con una pared con Kubo, el canterano de la Real entró en el área como Pedro por su casa para acabar definiendo a la perfección con un balón al que no pudo llegar el cancerbero croata. La reacción del técnico de la UD fue inmediata con cambios claramente ofensivos en busca de goles al introducir a Campaña y Januzaj por Essugo y Herzog.
En la recta final de encuentro la Real seguía teniendo oportunidades para ampliar la renta como un remate de Óskarsson que no anotó el cuarto porque apareció una vez más Dinko Horkas para frenar el esférico, esta vez con el pie. Mientras tanto Martínez seguía probando suerte agitando el avispero con más cambios (Fuster y Cardona dentro por Moleiro y Muñoz) pero no acabaron de ser decisivos para ver a la UD generando peligro real. La única acción que levantó al Gran Canaria en estos minutos fue una chilena de su goleador del día quien se quedó cerca de completar su obra pero Remiro intervino para impedirlo. En el 87 parecía llegar la sentencia definitiva con una gran acción individual de Takefusa Kubo quien hizo lo que quiso con Mika Mármol hasta dejar a Horkas sin opción alguna de evitar el tanto. Sin embargo el tanto acabó siendo anulado por fuera de juego posicional del nipón. En los últimos minutos Las Palmas trató de maquillar el resultado aunque sin éxito y de esta forma siguen sin conocer la victoria este año.